Los límites están en tu mente, atrévete a soñar en grande

Los límites están en tu mente, atrévete a soñar en grande

"Los límites están en tu mente, atrévete a soñar en grande"


Josefina Romo de Sharp

Lancaster, California
  • Universidad de Guadalajara, Abogada, Licenciada en Derecho
Abogado, Proveedor de apoyo para padres

Nací en Guadalajara, Jalisco, México. Crecí en un barrio de clase media baja. Éramos mis padres, mis 10 hermanos y yo. Mis padres eran personas sencillas, de rancho. Mi padre fue campesino y mi madre era una ama de casa que trabajaba con su esposo en el negocio de las vacas.

A la edad de 2 años fui diagnosticada con poliomielitis y comencé de nuevo a caminar a los 5 años con aparatos. Aun así yo no me di cuenta que tenía una discapacidad física, puesto que mis hermanos, padres y los demás miembros de mi familia nunca me hicieron sentir diferente. Todo cambió cuando comencé la escuela, pues ahí sufrí de un terrible acoso escolar, lo que me provocó grandes problemas de auto-estima, aun así nunca permití que eso me detuviera en la persecución de mis sueños de estudiar una carrera y por siempre me distinguí por ser la primera de mi clase.

A pesar de que mi estado de salud era vulnerable y esto no me permitía participar en actividades como otros niños de mi edad, mi familia siempre fue un gran apoyo especialmente mi madre que fue mi soporte. Ella siempre estuvo detrás creyendo en mí, impulsándome a estudiar a pesar de venir de una familia donde el estudio no era importante, mi destino de la mujer era terminar la primaria, casarme y tener hijos, por eso yo quise cambiar mi destino.


Mi padre siempre estuvo en desacuerdo en que yo continuara estudiando pero mi madre estuvo ahí apoyándome a pesar de que eso significara contradecir a mi papá, aunque era un buen hombre estaba educado de una manera en que el esposo/padre daba las órdenes en casa y había que obedecer.

A los 15 años me sometí a una cirugía muy complicada que me tendría usando un aparato muy doloroso en la pierna y el uso de muletas por 18 meses, situación que mi papá usó para tratar de desalentarme de ir a la escuela, pero por el contrario, continué, incluso tomando cuatro autobuses diarios yo sola con muletas.

La persona que fue mi mejor ejemplo a seguir fue mi madre, pues a pesar de venir de una familia con ideas muy conservadoras y de ser una mujer sumisa fue capaz de enfrentar a su esposo por apoyarme. Mi madre y mis hermanas que a pesar de las circunstancias tan difíciles que han encontrado en su vida son los pilares de sus hogares. Ellas no se rinden a pesar del cansancio cuando se trata de trabajar para un futuro mejor para sus hijos. Logré ser la primera mujer en la familia que terminó la preparatoria, incluso con una cirugía y usando muletas. En el año 1995 decidí ir a la Universidad, elegí la carrera de Abogada, y mucha gente a mi alrededor creía que no lo lograría.

Uno de los momentos más tristes de mi carrera fue cuando tuve que ser abogada defensora en un caso de abuso infantil, creo que ha sido el momento más difícil. Estuvo en la cárcel por mucho tiempo por un delito no grave simplemente por no poder pagar un abogado. Cuando salió su familia y él estaban tan felices y agradecidos. Ver la felicidad en sus caras fue una gran satisfacción.

En el año 2000 ya con mi título profesional graduada de la carrera de Derecho comencé a trabajar en el Instituto Federal de Defensoría Pública, una institución cuya misión es garantizar el derecho a la defensa pública y acceso a la justicia de la población menos favorecida. En esta institución trabajé por 7 años.

En el año 2006 me casé y me mudé a los Estados Unidos con mi esposo, decidimos ser padres y tuvimos dos maravillosos hijos. Cuando nació mi primer hijo decidí dejar mi trabajo para dedicarme a él. Decisión de la que nunca me arrepentiré pues gracias a eso pude darme cuenta que algo no iba bien con él y buscar ayuda para ver qué era lo que pasaba. A la edad de tres años mi hijo no hablaba, fue evaluado y finalmente vino el diagnóstico: Autismo. La noticia nos rompió el corazón a mi esposo y a mí, principalmente porque no sabíamos nada sobre el tema, ni cuál era el siguiente paso, decidimos que haríamos lo posible por educarnos sobre esta discapacidad y luchar para encontrar todo el apoyo y recurso disponible para él.

Han sido años dedicados a aprender sobre el Autismo y los recursos disponibles para él. Tuve la fortuna de encontrar personas en mi camino que han sido mi guía. Con todos los apoyos disponibles mi hijo ha mejorado en el lenguaje y socialización, así como en lo académico en conjunto con la escuela y el Centro Regional. Desde su diagnóstico el trabajo diario es interminable. Sacrificando en ocasiones su tiempo de juego necesario para niños de su edad.

Como abogada que soy y en la búsqueda de mejorar la calidad de la vida de mi hijo, me he ido preparando para defender sus derechos e incluso servir a otros padres de niños con necesidades especiales que como yo sólo desean que sus hijos reciban los servicios de apoyo que requieren.

Por mucho tiempo he trabajado en mi comunidad, como voluntaria en las escuelas de mis hijos, educando a padres para que impulsen a sus hijos a ir a la Universidad y que encuentren las becas y apoyos para tal efecto. Sirvo a una organización sin fines de lucro que apoya y proporciona recursos de forma gratuita para familias con niños con necesidades especiales, combinando así mis dos grandes pasiones; abogar por los demás y servir a mi comunidad.

Soy madre de dos maravillosos hijos, mi hijo con Autismo que me ha enseñado que a pesar de las circunstancias es capaz de salir adelante día a día; sacrificando incluso parte de su niñez y horas de juego. Mi hermosa hija que me ha enseñado el amor y el sacrificio, pues a pesar de ser tan pequeña ha sacrificado tantas cosas por el bienestar de su hermano y a pesar de ello se esfuerza día a día dando lo mejor, es noble y valiente, lo suficiente incluso para defender a su hermano cuando ha sido necesario.

Siempre me he sentido orgullosa que como mujer he abierto caminos, que a pesar de las expectativas que los demás tenían de mí he sido capaz de marcar mi propio destino. Las adversidades no me han derrotado, por lo contrario, he caído algunas veces, pero me he sacudido para seguir adelante. Esa es la enseñanza que quiero dejarles a mis hijos.

A lo largo de mi vida he aprendido que en tu camino encontrarás personas que te pongan límites pero tú decides si quieres o no tenerlos. Si tienes sueños lucha por ellos, puedes llegar hasta dónde tú lo desees. A todas las mujeres les digo que solamente ustedes son dueñas de su destino, no permitan que alguien más decida por ustedes.


Advice to younger self:

  • • For future individuals reading this, you will be in positions where you will have to work harder with less, where sometimes you are the only person like you in the room, and where you may be the first person from your family to ever enter such a space. First, you have earned it, be proud, celebrate, for you are the sum of generations of resilience. Remember, when you blaze the trail, to open the doors for the generations after you.